Hace poco se estrenó en Buenos Aires un filme sobre Gerhard Gundermann, en el Festival de cine alemán. Es de un director exquisito: Andreas Dresen, autor de uno de los retratos más preciosos de las clases populares alemanas del cine reciente: Halbe Treppe.
En una Europa que se autodescribe como “nueva” y que entiende por ese calificativo el crecimiento de varias versiones de la extrema derecha, Alemania puede ser un punto de equilibrio.