La primera vez que la vi fue en Marcelo T., en la materia “Teoría Social en un mundo en crisis”, corría el año 1992 y, ya se sabe, los noventa eran tiempos destemplados, desangelados y aciagos para los pueblos de Nuestra América Latina. Ella estaba sentada en el escritorio, fumando. Era la primera vez que escuchaba la palabra geopolítica. Usaba mapas y gráficos de pirámides para hablarnos de crisis civilizatorias.
Cuando me enteré de la noticia del fallecimiento de Alcira Argumedo, me costó mucho asimilarlo. Unos días antes intercambiamos mensajes, donde me contaba que seguía encerrada (no me mencionó dónde) con una dosis de la vacuna, pero como era ella: batalladora incansable, con sus ochenta años no dejaba nunca de participar de los grandes debates.