El golpe de Estado que se ha gestado en Bolivia y que ha tenido convulsionado por más de tres semanas al país ha ido configurando escenarios en lo que lo impensable está aconteciendo a partir de movilizaciones de las estructuras comunitarias que buscan la restitución del orden constitucional, la dignidad, la democracia de los pueblos, la conquista de los derechos colectivos y la esperanza de la libertad y del Vivir Bien y con dignidad.
Nuestra época, posterior a la crisis del 2008, es la del neocolonialismo imperialista. Las cadenas de formación de valor se desglosan, tercerizan y globalizan mientras la producción capitalista -manteniendo el control de las empresas y estados centrales- se relocaliza en sus unidades productivas desplazándose y amplificándose hacia el Sur Global. Se intensifica la superexplotación de la fuerza de trabajo (mayormente feminizada y precarizada).