La irrupción en los últimos años en el espacio público de empresas dedicadas a la prestación de servicios por medio de trabajadores/as conectados/as a una aplicación es un fenómeno que atraviesa países y actividades económicas, en un contexto de crisis globalizada, elevados niveles de desempleo y precarización laboral, capital financiarizado, concentración económica y neoliberalismo.
El 20 de marzo se desdibujaron los contornos de la vida cotidiana. La sensación inmediata estuvo asociada a la rigidez de los límites que implican el cumplimiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). Pocos días después, sin embargo, todo comenzó a ser más endeble. Aquello que solíamos hacer de forma parcelada pasó a integrar un único y gran momento, la cuarentena, en el cual las tareas y actividades se repiten en loop dando forma a una continuidad que, insolente y repentina, explicitó todas y cada una de las contradicciones que atraviesan las condiciones en las que producimos.