Los sanitaristas del espectáculo

Por qué Intrusos se convirtió por escándalo(n) en el mejor programa de TV abierta de la Argentina de hoy. La “rigurosidad lúdica” de Rial, Pallares y Lussich frente a la solemnidad vacía de los programas considerados serios.

Voy a empezar este artículo con una afirmación: Intrusos es el programa periodístico más serio de la televisión argentina de 2020. Vale aclarar que uso el adjetivo serio como sinónimo de riguroso y no de circunspecto. Hecha la aclaración, voy a ir incluso más lejos: Intrusos es mucho más que un programa de televisión; es un dispositivo cultural que nos permite entender, de manera cabal y divertida, a la Argentina de hoy. 

El ciclo conducido por Jorge Rial ha dejado de ser un programa de chimentos para convertirse en algo más. Es ahora un programa meta-televisivo en el que se cruzan distintos géneros que producen un diálogo tan fecundo como fresco, tan profundo como liviano, sobre el mundo del espectáculo y la sociedad en general. De la cobertura de la pandemia en Nueva York a las estafas piramidales que hacen famosas y no tan famosas en Instagram, de una entrevista con Mercedes Morán y Juan Leyrado para recordar a la pareja emblemática de Gasoleros a un móvil con Adriana Aguirre y Ricardo García sobre cómo están llevando la cuarentena, pasando por el rincón lúdico de los escandalones de Rodrigo Lussich. 

Todo convive en Intrusos, como en una suerte de bazar del espectáculo. Este cruce de personajes y de temas se ve acompañado, además, por breves comentarios editoriales sobre la realidad política del país. Desde citas a Perón hasta comentarios críticos contra el periodismo mainstream y macrista al que llaman sin vueltas “periodismo M”, pasando por un repudio a los que militan la anticuarentena.

Todos los integrantes del panel tienen un conocimiento enciclopédico sobre la tele y una solvencia que no se agota ahí. 

Intrusos es un dispositivo y no meramente un programa de TV porque el contenido que produce no se agota en las dos horas y media de emisión diaria ni en la repetición de los “mejores momentos” que América empezó a emitir en las madrugadas. Además de ser el programa más visto del canal y ubicarse a menudo en el top 10 de programas sobre los que más se tuitea1, Intrusos genera contenidos para el resto de los medios: es la agencia de noticias de la farándula. El integrante de la mesa Adrián Pallares escribe en Infobae, el panelista devenido productor Damián Rojo edita en la web de Clarín. El resto de los portales -Primicias Ya, Exitoína, Rating Cero, Ciudad- “levantan” las notas del programa porque es un espacio que ordena la conversación sobre el mundo del espectáculo. 

La investigación sobre el caso Mühlberger es el mejor ejemplo de la “rigurosidad lúdica” del Intrusos 2020. Para aquellos que no están en tema: durante años, el doctor Rubén Mühlberger fue un personaje mediático más, conocido como “el cirujano de los famosos” por su estrecho vínculo con Moria Casán y la larga cantidad de celebridades que acudían a su consultorio. “La terapia ortomolecular” prometía la juventud eterna y el doctor además daba consejos sobre sexualidad, bienestar, etcétera. En las primeras semanas en que se empezó a hablar de la pandemia, Mühlberger anunció que él era el único capaz de ofrecer un “antiviral” para “bloquear” el virus del Covid-192. Intrusos fue el programa que siguió el caso más de cerca, desde un enfoque espectacular y a la vez sanitario. Se habló acerca de los peligros de vender una vacuna que aún no existe, se explicó por qué constituiría un delito y se lo comparó con el caso Rímolo, porque ¿qué es la TV sino un diálogo abierto sobre sí misma? El abordaje del caso, que parece una cruza del gabinete del Doctor Caligari con la Clínica del Doctor Cureta, mezcló elementos del melodrama (un exempleado arrepentido que contó los manejos con el léxico de alguien que se crió viendo Intrusos) con el policial clásico. A modo de pistas, Rial y equipo nos fueron contando que a los pacientes políticos los llamaban por un nombre en código (Elisa Carrió era, por ejemplo, “la paciente 4”), que el doctor tenía una “habitación secreta” a la que nadie podía acceder y que a algunos pacientes les ofrecía, sin advertirles, un “tecito rojo” (té con clonazepam). El caso desnuda la precariedad del médico al que confiaban sus cuerpos muchas figuras del ambiente y al mismo tiempo sirve como pedagogía contra el ejercicio ilegal de la medicina.

La historia avanza a escandalón firme

En su libro sobre la historia de la humanidad, el historiador Yuval Noah Harari dice que uno de los elementos que permitieron que el lenguaje de los humanos evolucionara y se diferenciara del que emplea el resto de los animales es el chisme3. Así como lo leen. De acuerdo con esta teoría, contar y escuchar chismes sobre otros seres humanos no es solo una fuente de placer sino una práctica que surgió entre 70 y 30 mil años atrás y que permitió ni más ni menos el avance de la especie. Harari explica que para los primeros Homo Sapiens era más importante saber quién odiaba a quién y quién se encamaba con quién para determinar quiénes eran más confiables como compañeros de tribus. El chimento, explica el historiador, se funda sobre la base de exponer “a los que hacen las cosas mal” y por ende nos provee de una base ética para saber de quién queremos estar cerca y de quién mejor alejarnos. Quién iba a decir que el chisme es la base de la civilización.

El chisme, continúa Harari fue una de las razones principales por las que los Homo Sapiens se expandieron por todo el planeta, y continúa presente hasta el día de hoy, como una parte indisociable de la experiencia humana. “¿Qué creen? ¿Que los historiadores se juntan a almorzar para hablar de los pormenores de la Primera Guerra Mundial o para sacarse el cuero entre colegas?”, bromea. Hay un tabú alrededor del chisme que hace que todos y todas los consumamos y sin embargo no termine de ser una práctica socialmente aceptada. El otro elemento que dio origen al lenguaje es la capacidad que tenemos los humanos de inventarnos historias: mitos, leyendas, fábulas. Construir espectáculos con la palabra.

No pasaron 70 ni 30 mil años desde el estreno de Intrusos, pero sí pasaron 20. Y si el chimento es tan viejo como la misma humanidad, podemos afirmar que, al igual que el público, se renueva. Lo que podía ser visto como algo reprochable o cuestionable hace 20 años no es lo mismo que hoy. E Intrusos, como el programa de chimentos más longevo de la historia de la TV argentina, ha tenido la capacidad de adaptarse a los tiempos sin perder su esencia ni lavar su historia. 

La esencia de Intrusos puede resumirse como una cierta irreverencia hacia el mundo de las celebridades, una actitud desfachatada del que se mete allí donde otros no lo hacen. Si ser un intruso allá por 2001 podía significar meter las narices en la cama del otro, hoy significa, por ejemplo, haber sido el programa que habilitó el debate sobre la legalización del aborto en Argentina4. Y esa renovación, ese refreshment, no se da con hipocresía; es decir, Intrusos no pretende lavar su historia y hacer de cuenta que siempre fuimos todos progres. En aquel debate del verano de 2018, referentes feministas hicieron uso de la plataforma del programa sin dejar de marcar algunas tensiones o incluso contradicciones con el pasado reciente del ciclo. Lo mismo pasó hace unos días cuando Diego Ramos dijo que aceptó la invitación porque años atrás escuchó comentarios homofóbicos que hoy ya no están, justamente porque hubo un aprendizaje. «Si hoy pudiéramos tocarnos, nos daríamos la mano y sería el sello perfecto de que entendí que hay que esperar que la otra parte te entienda, porque la otra persona también tiene su tiempo de maduración”, celebró el actor.

TVR, el autoproclamado noticiero de la TV argentina que miraba al medio desde un pedestal, repetía el eslogan de que «nadie resiste un archivo». El planteo de esa frase es que casi nadie puede confrontar a su yo del pasado porque lo único que cuenta en la vida es la coherencia y lo que uno hizo o dijo en algún momento de su vida lo condena para siempre. A ese eslogan, Rial suele responder con otra frase: «Acá todos mean agua bendita menos nosotros». O sea, no se trata de pensar que el hecho de haber estado siempre en el mismo lugar constituye una virtud en sí misma sino de entender y pensar los cambios desde un lugar de humildad y poca solemnidad.

La vida es un escandalón 

Un elemento central de este refresh de Intrusos es la incorporación de Rodrigo Lussich. Con 47 años y más de 20 en la profesión, está en el mejor momento de lo que va de su carrera y tiene a su cargo dos momentos lúdicos a los que el programa denomina “recreos”. En uno, “Intrusos en el recuerdo”, se sienta con Rial en el banco de una plaza para contarse anécdotas de sus respectivas infancias. En el otro, “los escandalones”, Rodrigo ordena los chimentos más jugosos del día en cinco escalones de colores, a los que va subiendo a medida que aumenta el humor y el ida y vuelta con sus compañeros. 

Este segmento no solo logró la misión imposible de volver a convertir al Escándalo de Raphael en un hit sino que también convoca en parte a la audiencia infantil y hasta generó un nuevo neologismo que hoy se repite como si fuera una palabra de toda la vida. “A los escandalones les meto mucho condimento de show, de actuación, de entretenimiento. Es un mix de recursos el que se pone en juego, es como que los planetas están alineados”, le dice Lussich a Espoiler. “El chimento es la excusa para contar muchas cosas, en mi caso desde el humor. Lo importante no es que se cuenta sino cómo se lo cuenta”.

Apuntes sobre la idea de TV basura

Aquellos que impugnan a Intrusos con la etiqueta de TV basura se pierden una parte importante de la película. En un paper publicado en 2017, la investigadora del CONICET Carolina Justo Von Lurzer repasó los prejuicios que existen y existieron siempre contra los programas de chimentos, considerados a menudo como una forma de “banalización de la cultura” o “tergiversación de la actividad periodística”5

Todos podemos estar de acuerdo en que entre el pionero Lucho Avilés y su Radiolandia de 1971 a Intrusos 2020 pasaron muchas cosas. Si ponemos el foco en lo que pasó en la industria televisiva vemos, como señala Justo, que desde fines de los 90 afloró una producción de “telerrealidad y sexualización como marcos de producción de sentido”. Reality shows, talk shows y programas periodísticos descontracturados que ampliaron el rango de los temas de los que la tele puede hablar, combinando a la primera persona con un enfoque más social. Este giro, sumado al debate social por la ley de medios sancionada en 2010, amplió la conciencia sobre la responsabilidad que tienen los medios. Por eso es que la investigadora plantea que, lejos de ser una basura descartable, los programas de chimentos -e Intrusos en particular- se han vuelto “sitios en los que se instalan y discuten tópicos sobre géneros y sexualidades, se produce y difunde información socialmente relevante y en el último tiempo, se lo hace desde una perspectiva de derechos”6

De destapar una estafa comercial en la que estaban involucradas varias famosas a  entrevistar a las parejas más emblemáticas de las telenovelas argentinas en un momento en el que no se producen telenovelas argentinas7. De informar sobre el avión privado que se tomó Susana a Punta del Este para escapar de lo que ella denomina “sesentena” a una lectura de los guiones de la serie sobre Maradona de Amazon que mezcla el análisis del discurso con la tradición del teatro leído. Todo está mediado por la narrativa del escándalo8, que tiene su origen en los periódicos sensacionalistas y hoy atraviesa el discurso de toda la TV argentina.

¿Acaso Intrusos es menos serio que programas en los que periodistas de saco y corbata se desdicen sobre cuestiones importantes de salud pública en transcurso del mismo programa?9

¿Es Intrusos menos serio que el programa en el que un doctor maligno que se parece a Lex Luthor disfruta sembrando el pánico? ¿O que los noticieros en los que los conductores hacen de cuenta que están enamorados como si fuera una telenovela? 

¿O que los magazines cool que proponen un debate acerca de si la vacunación es buena o mala?10 La seriedad no se mide por la capacidad de poner cara de circunstancia y mandar fruta, se mide por la responsabilidad a la hora de informar y a la hora de pensar el concepto del producto que se ofrece. Entretener e informar con ritmo, humor y sensibilidad a los cambios que se van produciendo en la sociedad no es para novatos. Y en eso a Intrusos no le gana nadie. Por eso, Feliz Día del Periodista a todos y todas los que integran este dispositivo.

Notas

* El título se lo debo a la tuitera @VeritasCool. Agradezco a Nora Mazziotti, Rubén Szuchmacher, Sonia Budassi, Tomás Crespo, Belén Marinone, Daniela Aguinsky, Diego Tajer, Genaro Press, Paola Molina, Juana Groisman y Federico Ottone por ayudarme a pensar en esta nota. Pensar sobre Intrusos también puede ser un esfuerzo colectivo. 

1 Intrusos suele estar ubicado en los primeros puestos del Kantar Social TV Ratings Leaderboard de Argentina. Es una medición de Kantar Ibope Media que calcula el nivel de engagement de los programas de TV en Twitter. Disponible semanalmente en: https://www.kantaribopemedia.com/kttr-type-argentina/ 

2 Se puede leer un repaso del caso en esta nota de Página/12: https://www.pagina12.com.ar/266088-quien-es-ruben-muhlberger-el-medico-de-las-estrellas-que-dec

3 Harari, Yuval Noah, Sapiens. A Brief History of Humankind. Vintage Books, Londres, 2011.

4 Borda, Libertad y Spataro Carolina, “El chisme menos pensado: el debate sobre aborto en Intrusos en el espectáculo”, Sociales en Debate 14, verano 2018. Disponible en: https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/socialesendebate/article/view/3353

5 Justo von Lurzer, Carolina, “Esto le puede servir a alguien. Demandas de derecho en el espectáculo televisivo contemporáneo en Argentina”, Estudos em Comunicacao, Universidade da Beira Interior, diciembre 2017. Disponible en: http://ojs.labcom-ifp.ubi.pt/index.php/ec/article/download/279/146 

6 Ibid.

7 Es importante destacar que Intrusos debutó en un año de crisis 2001 y brilla hoy ante otro escenario de crisis, en el que no se produce ficción nacional y la “santísima trinidad” de la TV argentina (Mirtha, Susana y Tinelli) no está en el aire por distintos motivos.

8 Alvarado, Mayra, “Narrativas del escándalo. Algunas reflexiones en torno a sus lógicas de construcción”,presentación en las I Jornadas de Sociología de la Universidad Nacional de Villa María, 2016. Disponible en: http://biblio.unvm.edu.ar/opac_css/doc_num.php?explnum_id=995

9 Véase: https://www.pagina12.com.ar/270516-coronavirus-y-fake-news-el-increible-derrape-de-diego-leuco 

10  Véase: https://www.tiempoar.com.ar/nota/vacunas-si-vacunas-no-el-debate-que-nunca-debio-llegar-a-la-tv

Pablo Méndez Shiff

Licenciado en Ciencia Política (UBA) y máster en Cine, Televisión y Nuevas Pantallas por Birkbeck College, Universidad de Londres. Periodista. Autor del libro Cris Morena. La mujer que transformó la adolescencia argentina.