Detrás del delivery. ¿Quiénes son, cómo trabajan y qué quieren lxs trabajadores de reparto?

Promediando marzo de 2020 las calles de la Ciudad de Buenos Aires quedaron prácticamente vacías luego de que el gobierno decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio, con el fin de evitar la propagación del Covid-19. El “delivery” fue una de las pocas actividades declaradas esenciales y las y los repartidores en motos y bicicletas pasaron a poblar de forma casi exclusiva el paisaje urbano.

¿Quiénes son, cuáles son las dinámicas de trabajo y qué quieren estxs trabajadorxs?, son algunas de las preguntas analizadas en el informe “La configuración del proceso de trabajo en las plataformas de reparto en la ciudad de Buenos Aires”1, un trabajo de investigación construido a partir de 401 encuestas realizadas en el mes de julio a repartidorxs de las empresas Rappi, Glovo, PedidosYa y UberEats.

Estas empresas son plataformas globales que operan a nivel internacional con un mismo modelo: se presentan como intermediarias tecnológicas que a través de una aplicación (app) conectan a clientes, comercios y repartidores, a quienes consideran como independientes o autoempleados. Por esta vía estas multinacionales se desentienden de todo tipo de riesgo, responsabilidades y protecciones para con las y los repartidores que con su trabajo hacen posible el negocio.

En Argentina el desembarco de las empresas de plataformas se produjo en 2018, luego de que el gobierno de Mauricio Macri aprobara la ley de “Apoyo al Capital Emprendedor”, que permitía crear empresas de forma sumaria y con un capital social inicial ínfimo. En un mercado de trabajo signado por el desempleo y la precariedad laboral, estas empresas encontraron rápidamente un vasto volumen de mano de obra disponible. La cultura porteña del consumo de delivery y el arribo de cientos de migrantes venezolanos terminaron de crear las condiciones para su expansión.

Tras casi tres años, la pandemia vino a potenciar el fenómeno con toda la complejidad que lo atraviesa. Por un lado, llevó a los consumidores a refugiarse en sus hogares y tercerizar el riesgo de contagio en lxs repartidorxs. Por otro lado, y al mismo tiempo, el contexto de crisis económica y del empleo, que afectó especialmente a las actividades informales, convirtió a las plataformas en una fuente posible de trabajo e ingresos. 

En efecto, un 30% de lxs encuestadxs se incorporó a trabajar en las plataformas durante la pandemia. Junto con esta incorporación los perfiles se complejizaron: si hace dos años el típico repartidor era el joven varón venezolano, hoy casi la mitad son argentinos, las edades son diversas y creció la participación de mujeres. 

La paradoja estriba en que lo que a priori se construyó como un refugio, un lugar de reparo, transitorio, en medio de la tempestad, progresivamente se convirtió en una actividad económica y laboral de larga duración. Así lo demuestran los datos emergentes de la encuesta: para el 70% de lxs encuestadxs el reparto constituye su principal fuente de ingresos, el 30% trabaja hace más de un año y la mitad se imagina trabajando en esta actividad en el próximo año.

Se evidencia que las empresas de plataformas constituyen un mercado, por ahora con rasgos oligopólicos, pero con tendencia a la monopolización (en los últimos dos meses PedidosYa compró Glovo y UberEats se retiró del mercado argentino), dentro del cual se mueven lxs trabajadores. Las dinámicas de trabajo dan cuenta de una profesionalización y normalización del trabajo de plataformas de reparto.

La tercera cuarta parte de lxs encuestados trabaja siempre en la misma franja horaria (mediodía y noche, acorde a las pautas sociales de consumo) y el 82% los hace seis o siete días por semana. A ello se agrega que el promedio trabaja 48 horas por semana, el máximo permitido por la Ley de Contrato de Trabajo. Sin embargo, una proporción significativa realiza jornadas aun superiores a esa media: un cuarto trabaja más de 60 horas por semana, especialmente los trabajadores migrantes de nacionalidad venezolana.

Si tenemos en cuenta que las plataformas prometen trabajar cuando uno quiere y la cantidad de horas que quiere, ¿cómo es posible esta normalización? El análisis teórico y los datos construidos en base a entrevistas a trabajadores y activistas permiten desentrañar el dilema: las plataformas implementan complejos sistemas de control algorítmico por los cuales inducen a lxs repartidores a trabajar determinada cantidad de horas en determinados horarios. Premios, penalidades y pagos diferenciados de acuerdo con posiciones en rankings, zonas y horarios contribuyen a ello.

El trabajo de reparto no se paga por tiempo sino por entrega, una forma remozada del trabajo a destajo que caracterizó al capitalismo mercantilista y que permitió la intensificación de la explotación de la fuerza de trabajo. 

La encuesta también da muestras de este fenómeno. Lxs repartidores declaran recibir en promedio un ingreso mensual de ente $40000 y $41000, el doble del salario mínimo en Argentina. Sin embargo, estos ingresos no tienen en cuenta los gastos asumidos por lxs trabajadoras (en concepto de reparación de bicicletas, combustible para motos, pago del monotributo, abono del teléfono) e incorporan al cálculo las propinas. Más significativo aún, este promedio oculta la enorme dispersión de la distribución de ingresos: la inmensa mayoría recibe ingresos por debajo de ese promedio, y un porcentaje reducido supera en gran medida esa media.

¿Cómo se explica esta dispersión? La cantidad de horas pedaleadas son solo una parte de la respuesta, y una muestra de esta parcialidad es que las mujeres cobran aproximadamente un 12% menos que los varones por el mismo tiempo de trabajo. Los ingresos están determinados principalmente por una variedad de decisiones algorítmicas que son arbitrarias, cambiantes e inasibles para lxs repartidores. 

Así, tal como señala la literatura internacional el trabajo de plataformas o de la “gig economy” está lejos de responder al empleo típico, de calidad o decente que promueve la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo, lo que en general esos estudios relegan son las representaciones de lxs trabajadoras sobre el trabajo de plataformas. ¿Cómo valoran y qué quieren quienes realizan este trabajo?

Aquí el informe presenta quizás uno de sus mayores hallazgos: poner de relevo en términos teóricos y empíricos las tensiones y ambigüedades del trabajo de plataformas. A pesar de la explotación y desprotección, lxs repartidores valoran la autonomía y la posibilidad de manejar sus propios horarios. La paradoja radica en la valoración de una posibilidad que en la dinámica cotidiana no pueden ejercer, debido a las propias formas de control que ejercen las aplicaciones y que los inducen a adoptar ciertas pautas de conducta.

Al mismo tiempo, entre los rasgos negativos del trabajo, lxs encuestadas denuncian la desprotecciones y riesgos para la vida y seguridad. Para ellxs un trabajo ideal es aquel que combine la anhelada autonomía con buenos salarios y protecciones de la seguridad social.

En un mundo tendiente a la plataformización o “uberización”de las relaciones del trabajo y en un contexto socioeconómico en el cual las plataformas conforman una posibilidad cierta de empleo e ingresos, regular la actividad y proteger el trabajo se presenta como una tarea ineludible para el gobierno y también para las organizaciones sindicales que tienen la potestad de representar a la población trabajadora. El desafío estriba en encontrar el modo de garantizar derechos del trabajo, conteniendo al mismo tiempo las complejidades y especificidades de la actividad y, sobre todo, los deseos de lxs trabajadores.

Nota

1 http://iigg.sociales.uba.ar/2020/10/01/la-configuracion-del-proceso-de-trabajo-en-las-plataformas-de-reparto-en-la-ciudad-de-buenos-aires-un-abordaje-multidimensional-y-multi-metodo/

Julieta Haidar 

Investigadora del CITRA (CONICET-UMET), Investigadora Adjunta del CONICET. JTP de Relaciones del Trabajo. Es Doctora en Ciencias Sociales (UBA) y licenciada en Ciencia Política (UNER). Es autora de “De la app a la APP. La gestión algorítmica y los procesos de organización y lucha de los trabajadores de reparto” (Haidar, Diana Menéndez y Arias, 2020, en García, H. y Caparros, L. comps. El trabajo en la economía de plataformas, Ed. Ediar).