PASO: ¿Qué es lo que está en juego hoy?

Los procesos electorales en Argentina siempre tienen el sello de la contingencia. 

Una elección de medio término supone normativamente la producción de una nueva mayoría en el Congreso que puede refrendar al oficialismo gobernante o dar un nuevo margen de acción a la oposición. Pero la singularidad del contexto actual y las particularidades de las elecciones previas llamadas PASO hacen que cada elección tenga aristas múltiples que complejizan los escenarios y apenas permiten el planteo de hipótesis de muy corto plazo. 

En este marco, hay tres elementos centrales que se deben abordar y que son encrucijadas que van más allá de la propia elección:

  • El gran interrogante que surge de la pandemia del coronavirus es cómo puede afectar a la elección y si se trata o no de un factor disruptivo de los resultados electorales. 
  • El segundo factor es la propia conformación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que se transformaron en un dispositivo que muta de elección a elección y que pone en juego tanto las estrategias centrales de los frentes y partidos como la emergencia de “rebeliones”, como la de Agustín Rossi en Santa Fe. 
  • El tercer elemento es la evaluación de la gestión del gobierno nacional en términos duros (datos), pero también los simbólicos. Este factor incorpora los dos puntos anteriores, pero además pone sobre la mesa la situación inhabitual que quien preside el país no es quien lidera su espacio político, lo que genera preguntas sobre quién capitalizaría un triunfo electoral o sobre qué hombros caerían una posible derrota. Claro que para saber esto primero hay que identificar qué significa ganar o perder en una elección como las primarias.

De la pandemia al desencanto 

La pandemia del Covid-19 se configuró como un elemento único por fuera de los aspectos sanitarios (existen muchas enfermedades que ocasionan cientos de miles de muertos por año en el mundo) por su carácter hipermediático. Solo en este contexto un pensador global como Slavoj Žižek pudo “anunciar” que “el coronavirus también nos obligará a reinventar el comunismo basado en la confianza en el pueblo y en la ciencia” (2020: 26). O Giorgio Agamben pudo preguntar “¿por qué los medios de comunicación masivos y las autoridades se dedican a difundir un clima de pánico, provocando un auténtico estado de excepción?” (2020: 9).

La primera pregunta es por la participación electoral que se estima a la baja observando un puñado de elecciones locales. Y si esta baja ocurre, a qué fuerza política afectaría.

Si la menor participación se produjera entre los votantes optativos de 16 a 18 años quizás pueda afectar al Frente de Todos, y a la izquierda. Si, en cambio, la deserción se produjera entre los mayores de 70 años se vería afectado en mayor medida Juntos por el Cambio. 

Relacionado o no con la pandemia, hay cierto consenso de que existe un desencanto con la política argentina y de que sea otro motivo para cambiar la letra O de obligatorio por la O de optativo. Una evidencia empírica se mostró en gran parte de las encuestas, que detectaron entre un ocho a quince por ciento de indecisos. Una lectura posible es que este espacio, más que dudas, tiene desinterés y que allí se produzcan las mayores deserciones. Luego queda el interrogante si el llamado Vacunatorio VIP o el episodio más reciente de la foto de la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en medio de la cuarentena tendrán costo electoral para el Frente de Todos o hayan consolidado el voto opositor. 

Estrategias políticas

Quien haya tenido la oportunidad de explicar el mecanismo de las primarias a algún extranjero conoce que no es una experiencia intuitiva y puede originar situaciones diversas.

Que el Frente de Todos haya elegido como estrategia principal la presentación de una lista única en casi todos los distritos se hizo bajo la convicción de poner el “todismo” en juego por arriba de las divergencias de los diferentes sectores que componen el Frente y también para poner a los intendentes peronistas de la PBA en acción, aun cuando la mayoría no tendrán reelección en 2023. 

El todismo plantó la bandera del “todo o nada” y puso en un compromiso a quienes no están conformes con el gobierno de Fernández, pero que tampoco quieren abrir las compuertas para una nueva experiencia macrista en 2023. En la PBA se abrieron las puertas (hostiles) de emergencia de Florencio Randazzo y Guillermo Moreno que probablemente estén lejos de grandes performances, pero lo que obtengan serán votos de identidad peronistas con una baja del rendimiento de Victoria Tolosa Paz, una candidata que arrancó con alto nivel de desconocimiento pero que creció con intervenciones “políticamente incorrectas”, que van desde el sexo hasta la astrología. La falta de alternativas puede derivar en un crecimiento de votos de listas cuasi provinciales (Córdoba, Misiones, Chubut y Neuquén) a expensas de votos todistas. 

En cambio, Juntos por el Cambio sí habilitó primarias, en parte como táctica meditada en CABA, con López Murphy tratando de frenar a Javier Milei, pero también en forma inevitable tuvo que permitir la boleta de Facundo Manes en la PBA. La sumatoria de votos puede traer resultados imprevistos como en Córdoba, donde la interna caliente entre Mario Negri y Luis Juez está opacando a las listas del oficialismo provincial que jugó dos figuras fuertes como Alejandra Vigo y Natalia de la Sota. Sin embargo, la multiplicación de las precandidaturas no en todos lados se transforma en panes. En Santa Fe se presentan cuatro listas con gran fricción entre ellas y que limitan la capacidad para recoger la decepción con el gobierno de Omar Perotti. Esto también pasa en otros distritos como La Pampa (cinco listas a senadores) o Entre Ríos (tres listas a diputados). Además, aparece la gran duda si los electores de listas perdedoras seguirán a la ganadora, como el caso de Manes en PBA. 

Dos menciones especiales: 

  • El espacio de izquierda suele tener una oportunidad en las elecciones de medio término para mejorar su performance, pero en CABA no pudo evitar que se presenten cinco listas, una primaria en el FIT-U entre Bregman y Fierro, pero también las listas Winokur (Nuevo MAS), Ramal (Política Obrera) y el inoxidable Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad). En la Provincia de Buenos Aires las listas son cuatro, la interna del FIT-U entre del Caño y Bordart, y las de Castañeira y Altamira. Un dato poco conocido es que hay que superar el 1,5% de los votos para que cada frente o partido pase a las elecciones generales, en el FIT-U esperan que sus competidores no superen ese umbral. 
  • La segunda breve mención es para los ultraliberales o libertarios, no hay consenso en cómo denominarlos, pero sí es claro que la presencia de Javier Milei ya tiene consecuencias como la presencia de dos economistas liberales en las listas de Juntos por el Cambio, como López Murphy y Martín Tetaz. También habrá que ver en el curso poselectoral en qué medida permean sus ideas anti Estado.

Gestión 

El tercer factor a considerar es en qué medida la elección implica un aval (o no) de la gestión de Alberto Fernández o al menos un deseo de dar continuidad al proyecto del Frente de Todos. Las encuestas vienen mostrando grandes preocupaciones en términos económicos a raíz de la inflación, el retraso del poder adquisitivo de los ingresos y el empleo.

Gran parte de los votantes del Frente de Todos comprenden la situación de la pandemia y esperan que la segunda parte del mandato de los Fernández tome otro cariz.

En ese sentido se juega la paciencia del propio electorado, pero una parte de los votantes flotantes están decepcionados por lo cual en promedio el oficialismo estará probablemente por debajo del 48% que encumbró a Alberto Fernández. La pregunta que se develará en hora es cuál es el piso del Frente de Todos y en particular cómo resultará la Provincia de Buenos Aires. En 2013 el Frente para la Victoria ganó a nivel nacional con nueve puntos por encima del Frente Progresista, pero la elección quedó recordada por la derrota de Martín Insaurralde a manos de Sergio Massa. 

Aritméticas

Claro está que la matemática electoral se definirá en noviembre. Allí el oficialismo pondrá en juego 57 bancas de diputados, mientras que Juntos por el Cambio pondrá 60, todos votados en 2017 cuando el entonces Cambiemos hizo una muy buena elección. En la Cámara Alta se ponen en juego los senadores votados en 2015 cuando en primera vuelta ganó el Frente para la Victoria. El Frente de Todos pone en juego quince bancas, mientras que Juntos por el Cambio pone 9. En esas sumas y restas se definirá la composición del Congreso Nacional para los futuros dos años. Pero las primarias serán generadoras de narrativas con efecto político. 

Bibliografía

Agamben, G. (2020). ¿En qué punto estamos? La epidemia como política. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.

Žižek, S. (2020). ¡Pandemia! La covid-19 estremece al mundo. Madrid: Anagrama.

Carlos De Angelis 

Sociólogo, profesor de Sociología de la Opinión Pública y director del Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (COPES) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.