El neoliberalismo nace y muere en Chile

La proclama por una nueva Constitución política que permita sepultar los enclaves pinochetistas, nacida al calor de la rebelión popular de octubre de 2019, tuvo su primera experiencia electoral el fin de semana pasado1. Luego de ser postergadas en cuatro oportunidades por motivos vinculados a la crítica situación pandémica que atraviesa el país vecino, este 15 y 16 de mayo se desarrollaron las Elecciones de Convencionales Constituyentes para elegir a los 155 miembros del cuerpo encargado de redactar la nueva carta magna. En estas jornadas también se eligieron autoridades municipales y regionales para las 364 comunas y, por primea vez desde el retorno democrático, gobernadores para las 16 regiones del país.  

Los comicios se desarrollaron en un complejo escenario atravesado por la consecución de, al menos, tres situaciones mutuamente imbricadas. La primera se vincula con la memoria reciente de la intensa represión desplegada por orden del gobierno de Sebastián Piñera a las protestas iniciadas en 2019. Esta no exhibió rasgos novedosos sino, muy por el contrario, se inscribe en un continuum de respuesta violenta a las manifestaciones de disidencia que es sistemática en las élites políticas chilenas, incluso en contextos de democracia formal. La declaración del estado de emergencia, la militarización del espacio público y el toque de queda en las ciudades movilizadas fueron algunas de las respuestas a las demandas.     

Vinculado con lo anterior se destaca el carácter de la rebelión que dio origen al proyecto de reforma constitucional. Esta rebelión “desde abajo” constituyó una impugnación al modelo neoliberal que no ha sido cuestionado cabalmente desde las esferas políticas, visibilizando la falacia del “modelo chileno” que el propio Piñera postulaba como un oasis en América Latina. Impugnación popular que, en tanto arraigada en la Constitución neoliberal de Augusto Pinochet y sus Chicago boys, exigió el pedido de un proceso refundacional sobre nuevas bases.  

La tercera es que se desarrollaron en un contexto de crisis sanitaria provocada por una gestión gubernamental de la pandemia que priorizó desde el principio la continuidad del funcionamiento de los mercados antes que la salud de la población. En Chile hubo un retraso manifiesto en decretar la cuarentena nacional obligatoria, aun cuando el número de infectados era alto, debido a una priorización del funcionamiento económico. Asimismo, el sistema de salud está, como el educativo y el de pensiones, organizado en torno a las lógicas del mercado, constituyendo las principales herencias dictatoriales que excluyen de facto a las vastas mayorías ciudadanas. Con este escenario llegamos a las elecciones constituyentes y de autoridades regionales. 

De las jornadas del último fin de semana podemos hacer dos lecturas posibles: si observamos los resultados de los comicios, es evidente el triunfo de la izquierda y el sector independiente o, en otras palabras, la derrota de las coaliciones gobernantes de los últimos treinta años. Si, en cambio, inscribimos esta elección en un contexto más amplio que contemple la participación ciudadana, es decir, la cantidad de ciudadanos chilenos que decidieron ejercer su derecho al voto frente a quienes decidieron no hacerlo, entonces ganó -y ampliamente- la abstención. 

Analicemos ambas lecturas.

Los resultados electorales señalan una profunda ruptura con el modelo económico, político y social encabezado por los partidos tradicionales que se sucedieron en el poder desde el retorno a la democracia. Esto es así tanto para las elecciones constituyentes como para las de autoridades regionales. 

De los 155 escaños para la Asamblea Constituyente2, 17 constituyeron escaños reservados para los pueblos indígenas, excluidos históricamente de los procesos de toma de decisión política3. Los llamados independientes combinan tanto los 27 escaños obtenidos por Lista del Pueblo, creada al calor de las protestas de 2019, como los 11 obtenidos por Independientes por una Nueva Constitución. Por su parte, la lista unificada de izquierda, Apruebo Dignidad, que articula al Partido Comunista y al Frente Amplio, obtuvo 28 escaños.   

Las listas conformadas por integrantes de los partidos tradicionales obtuvieron resultados muy por debajo de los esperados: Apruebo, en la que confluyeron miembros de la ex Concertación, obtuvo 25 escaños; mientras que la derecha, unificada en la lista Vamos por Chile, obtuvo 37.

Pueblos indígenas (escaños reservados)17
Lista del Pueblo27
Independientes por una Nueva Constitución 11
Apruebo Dignidad (PC + FA)28
Vamos Chile (derecha)37
Apruebo (ex Concertación)25
Otros 10

Distribución de escaños. 

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Decide Chile4

Ahora, ¿quiénes son los llamados independientes? La Lista del Pueblo, como mencionamos previamente, es un espacio que surge en las manifestaciones de Plaza Italia, en el corazón de la ciudad capitalina donde confluyeron las expresiones más radicales de resistencia. Se reconocen como parte de ese pueblo oprimido que ha sufrido las inequidades de un modelo profundamente excluyente y presentan un conjunto de vocaciones que pretenden promover. Destacan, entre ellas, la igualdad de género, el reconocimiento de los pueblos originarios, la protección ambiental y el fortalecimiento de las instancias de toma de decisiones vecinales, comunales, cooperativas y otras formas de organizaciones sociales5

En una línea similar, los Independientes No Neutrales (INN), que en la elección constituyente se denominaron Independientes por una Nueva Constitución, amalgaman representantes de la sociedad civil y académicos que en agosto de 2020 construyeron este espacio político para apoyar la reforma constitucional. Entre sus principales lineamientos, destacan la igualdad de todas las personas, la protección constitucional del medio ambiente, el reconocimiento de derechos, la creación de un régimen político equilibrado y el reconocimiento de los pueblos originarios del país en línea con la perspectiva de un Estado plurinacional6

Estos 155 integrantes deben definir durante el mes de junio quiénes serán las autoridades de la Convención y a partir de allí contarán con nueve meses para redactar la nueva Constitución, que será posteriormente plebiscitada. 

Por su parte, la elección de alcaldes, concejales y gobernadores siguió un derrotero similar, con un mal desempeño tanto de la derecha gobernante como de la centroizquierda, y un sorprendente triunfo de la izquierda representada por el Partido Comunista. Entre otros, el oficialismo perdió la gobernación de la Región Metropolitana y la alcaldía de Santiago, donde ganó la candidata Irací Hassler del Partido Comunista. 

Llegamos entonces a la segunda lectura. La participación ciudadana en las jornadas del 15 y 16 de mayo fue de 42,5% (6.334.581 votos)7 lo que expresa, por un lado, la baja credibilidad en el sistema político que persiste entre los ciudadanos chilenos.

Pero también es expresión de un importante sector que no coincide con la necesidad de reformar la Constitución y apoya las medidas del actual presidente.

Tampoco debe soslayarse el hecho de que, en Chile, el voto es voluntario. 

En definitiva, el pasado fin de semana hemos asistido al comienzo de una nueva etapa histórica en Chile, signado por transformaciones radicales del mapa político. Aquí, como en otras geografías latinoamericanas, el mayor desafío será potenciar el acumulado de fuerzas logrado en coyunturas de rebelión y construir la legitimidad que el sistema político ha perdido.   

Notas

1 En octubre de 2020, a un año del comienzo de las manifestaciones populares, el 80% del pueblo chileno se manifestó a favor de modificar la Constitución, sin intervención del gobierno o del Congreso. En esta elección hubo un 50,9% de participación ciudadana. 

2 Se presentaron 70 listas ante la autoridad electoral.    

3 Estos escaños fueron repartidos siguiendo una lógica de proporcionalidad según la cual los mapuche obtuvieron 7 escaños, los aimara 2 y los demás pueblos indígenas 1 cada uno para los 8 pueblos reconocidos.

4 https://2021.decidechile.cl/#/ev/2021/ct/2021.N/

5 https://www.lalistadelpueblo.cl/somos/

6 https://participanoneutrales.cl/es-CL/

7 https://2021.decidechile.cl/#/ev/2021

Marina G. Mendoza

Doctora en Ciencias Sociales (FSOC-UBA), JTP de Sociología Política de América Latina (FSOC-UBA). Integrante del Observatorio Electoral de América Latina con sede en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (OBLAT/IEALC).