A 75 años del 17 de Octubre, ¿todxs unidxs nos cuidaremos?

Tres cuartos de siglo después, más allá de múltiples interpretaciones, el 17/10/45 sigue evocando cómo una muchedumbre en las calles cambió el destino del país. Ahora bien, ¿cómo celebrarlo en tiempos de Covid-19 en tanto es imperioso mantener el distanciamiento social? En efecto, esta vez los espacios públicos no serán protagonistas principales del evento, la estrella será una aplicación virtual, más allá de que sin duda habrá expresiones callejeras relativas al acontecimiento.

Así, antes de referirnos a este extraño presente, es necesario señalar algunas cuestiones sobre el 17 originario -y sobre algunos otros- para ver diferencias y similitudes entre ayer y hoy. Para ello esbozaré algunas de las ideas que se han impuesto sobre la gesta que luego se institucionalizó como Día de la Lealtad. Por ejemplo, al decir de la obrera María Roldán, amorosamente rescatada por Daniel James, el 17 fue “la toma de la Bastilla argentina”; en cambio, para un amigo suyo, el dirigente maderero Manuel Fossa, a quien conocí mientras escribía sus memorias como uno de los fundadores del Partido Laborista y redactor de su Declaración de Principios, aquella comparación era exagerada. Mientras me mostraba su biblioteca cargada de volúmenes de libros sobre Perón y el peronismo, Manuel me decía que, sin desmerecer la trascendencia de esa jornada, coincidía con lxs historiadorxs que derribaban algunos de los mitos sobre el 17/10: Evita no había cumplido un rol central ese día; no fue un movimiento espontáneo de las bases frente al titubeo de la CGT; ni una agitación promovida desde reparticiones oficiales. A su juicio, sin embargo, “el 17 de Octubre vino a probar que Don Quijote podía vencer a los molinos de viento” y en torno a lo que en este artículo queremos decir, nos parece importante su reflexión sobre el discurso de Perón de esa noche. Manuel Fossa insistía en la relación afectiva que ya ligaba al entonces coronel con lxs trabajadorxs materializada en el consejo para que fueran “de la casa al trabajo y del trabajo a casa”. Que lo dijera alguien que formó parte de la escisión del Partido Laborista y pasó rápidamente a la oposición es relevante porque, a diferencia de otrxs, no vio en ese mensaje sólo un consejo de desmovilización, sino la clave para seguir luchando por conquistas que no se conseguían limitándose a ir del trabajo a la casa y de la casa al trabajo: había que cuidarse y organizarse.

En efecto, Perón había hablado muy avanzada la noche, hacía horas que la muchedumbre había llegado a Plaza de Mayo, bullanguera y pacíficamente (a pesar de ello, desde el diario Crítica emergió un disparo que asesinó al adolescente Darwin Passaponti), y como también nos cuenta James, en La Plata las cosas habían tomado un matiz más violento. Como se ve, no hubo un único 17/10/45 y no se trató de un reclamo espontáneo, aunque las bases hayan desbordado a la CGT. En todo caso hubo una cuota de espontaneísmo y mucho de organización ya que en esos días se había conformado un Comité de Enlace Intersindical, integrado por sindicatos metalúrgicos, portuarios, de los frigoríficos, de los barraqueros, de los madereros, de la FOTIA tucumana, entre otros, que además sumaba dirigentes intermedixs de gremios cuyas conducciones se oponían a Perón. Todxs ellxs participaban de Comités de Huelga y grupos de agitación y propaganda que activaron fuertemente los días previos al 17 porque sabían que iban a perder derechos conquistados recientemente si no estaban en las calles, porque además ese escenario había entrado en disputa. La “Marcha de la Constitución y la Libertad” del 19 de septiembre anterior había logrado juntar casi 200.000 personas que se desplazaron del Congreso a Recoleta para repudiar no sólo al gobierno de Farrell, sino sobre todo las políticas sociales de Perón, su vicepresidente. 

Las calles también entonces eran ocupadas por sectores antiperonistas y vaya qué similitud si pensamos que quienes marchaban detrás de los dirigentes opositores gritaban consignas semejantes a las de hoy, 75 años después, aunque menos violentas que las ofrecidas en la manifestación antigubernamental de este último 12/10 en el barrio en el que vive la vicepresidenta actual, cuyo domicilio ofreció el diario Clarín para quienes quisieran desplegar su odio frente a su casa. 

En este marco, sin dudas, este 17 se planificó para cumplir con el distanciamiento social y las normas sanitarias propugnadas por el gobierno nacional. La estrategia que se elaboró tiene que ver con la presencia, pero también con el cuidado. Se ha dicho, el peronismo desde sus orígenes fue pragmático y flexible (eso más allá de sus innegables divergencias internas que hasta costaron sangre). En ese sentido, el texto de Gabriel Lerman “A la sombra del 17” documenta las formas del mismo durante el primer peronismo, su proscripción, su regreso, la dictadura, los años de Alfonsín y Menem; se lee cómo se festejó briosa o clandestinamente, cómo no se festejó o se hizo frente al peligro del fusil, pero nunca ante emergencia sanitaria como esta vez. Por eso alguna cosa había que inventar.

Diseñada por el equipo de Javier Grosman, responsable del recordado Bicentenario, la plataforma VirtualMov, es un sitio web destinado a la marcha virtual (www.75octubres.ar) que ya tuvo casi un millón y medio de visitas. A partir de una imagen de Evita y Perón una voz femenina convoca a que “compañeras y compañeros” ocupen entre las 13 y las 17 h. una Plaza de Mayo virtual a la que se llegará vía teléfonos, tablets, smart TV, el asunto es tener internet. La página invita a través de un código de seguridad a ingresar diciendo quiénes somos, si pertenecemos a una agrupación o espacio político y de qué lugar del país venimos. Así, se estará en la plaza, como el 24/3 que aun sin estar físicamente, honramos a nuestrxs desaparecidxs. De modo que el 17 se conmemorará compartiendo hashtag y mensajes e incluso se podrá ubicar en qué lugar de la plaza están nuestrxs compañerxs, en un especie de metáfora del libro ¿Dónde está Perón? 

El presidente Alberto Fernández hablará en el acto que se transmitirá por streaming desde la CGT y es posible que se sumen mensajes de dirigentes sindicales, representantes del gobierno y del PJ. 

No obstante ello, mientras escribo estas líneas, a pesar de que no sea una idea que el gobierno fomente, luego de la virulenta marcha opositora del 12, con prevenciones, varixs dirigentes peronistas están organizando la “Caravana de la Lealtad” que no incluye actos ni discursos, pero entienden que las calles no deben ser sólo ocupadas por la oposición. 

A pocos días no puedo saber cuántas personas formarán parte de la virtualidad y cuántas de la caravana, pero sé que esta vez el 17/10 también será histórico, no sólo por la pandemia que nos atraviesa, sino porque como en el 17 primigenio debemos cuidarnos especialmente porque como entonces hay una violenta ofensiva de los sectores de privilegio y para nosotros sigue siendo central pelear por la vida, la justicia social y la dignidad. 

Myriam Pelazas

Doctoranda en Ciencias Sociales (UBA), magíster en Historia (UNTREF) y licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA). Jefa de Trabajos Prácticos de Historia Social Argentina y Latinoamericana en la Carrera de Ciencias de la Comunicación. Investigadora en políticas públicas, género y discriminación.