Duelo en Escuelas. Una mirada a partir de la pandemia por Covid-19

Duelo en Escuelas. Una mirada a partir de la pandemia por Covid-19 

Entrevista al médico paliativista Alejandro Nespral y a la psicóloga María Luz Hurtado sobre el Proyecto «Duelo en Escuelas» en San Carlos de Bariloche (Río Negro)

¿Cómo surgió la idea del proyecto?

De golpe, casi sin darnos cuenta. Allá por el 2014, la URN ofrecía financiación para proyectos de impacto comunitario en Bariloche. Nos preguntamos: ¿qué tema dentro de este universo podemos llevar a la comunidad? Siempre nos interesó el duelo como experiencia humana, como problema a veces no resuelto desde el sistema de salud. Presentamos un proyecto para brindar talleres de duelo y muerte para docentes. La pregunta disparadora fue: ¿se puede hablar de duelo y muerte en el aula? El taller se llamó “Herramientas para el abordaje de duelo en la escuela” porque nos dimos cuenta de que las explicaciones teóricas no eran suficientes: necesitábamos pensar en conjunto con lxs docentes cómo hacerlo, cómo hablar de muerte en la escuela. Descubrimos que el duelo y la muerte generaban sorpresa e interés en lxs docentes. Sorprendía porque llegaba en forma de propuesta para reflexionar e interesaba porque lxs docentes reconocían que no tenían herramientas para abordar la muerte en el aula. “No tenemos suficiente formación en el tema”, nos decían. Lo sospechábamos al iniciar, pero no lo teníamos tan claro: el tema para llevar a la comunidad tenía que ser el duelo como experiencia colectiva. La escuela puede —y tiene— que ser un lugar donde “vivir” el duelo. Pero la sorpresa llegó al terminar los talleres. Algunas semanas después del último encuentro nos llamaron de una de las escuelas para decirnos que había fallecido un alumno. Sin pensarlo mucho nos juntamos con el equipo directivo y docentes. Escuchamos su historia, compartimos su dolor y pensamos en formas de responder frente a esa necesidad. Cómo acompañar a lxs alumnxs, cómo contarles lo que había pasado, cómo organizar la escuela días posteriores a la pérdida. En definitiva, qué hacer con el duelo. Luego sucedieron otras muertes, corrió la voz y nos comenzaron a llamar. Al cabo de algunos encuentros nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo nuevo, aún sin nombre. Vimos la necesidad, reconocimos nuestro compromiso con el tema y subimos la apuesta: diseñamos un proyecto capaz de abordar el tema de la muerte y el duelo en el ámbito educativo, no solo formado por propuestas de talleres, sino sumándoles dispositivos destinados a acompañar instituciones que deben afrontar pérdidas. A ese proyecto lo llamamos “Duelo en Escuelas”.

Créditos foto: Melissa Cid

¿Qué esperaban lograr?

Que se hable de la muerte con argumentos pedagógicos, no solo con el “corazón en la mano”. Lxs docentes se capacitan en el diseño de modelos educativos. Queremos que la muerte también pueda ser pensada como “tema”. Por supuesto como idea es algo inabarcable e inexplicable, con infinidad de puntos ciegos. Sin embargo, hay conocimientos que consideramos básicos para que lxs maestrxs tengan a mano. Por ejemplo, conocer la percepción que lxs niñxs tienen de la muerte en función de su edad o las etapas de duelo. Muchas veces lxs maestrxs se frustran cuando unx niñx de 7 años no “termina de comprender” que la muerte es permanente. Detrás de esa “frustración” hay un elemento teórico que, en la medida en que lxs docentes lo conozcan y manejen, les dará mejores herramientas para abordar el aula: lxs niñxs terminan de comprender que la muerte es algo irreversible hacia los 8 o 9 años.

¿Cuál fue la recepción en las escuelas?

Lo vieron como una oportunidad para formarse, para sentirse preparadxs frente a la muerte y el duelo. También se dio como una posibilidad para nombrar prácticas que ellxs ya venían haciendo, a darle un “marco teórico”. Por supuesto, hubo algunxs que mostraron resistencias con el tema. Una idea que transmitimos es que todo lo que hace una escuela cuando alguien se muere es ocuparse del duelo, sea preparar un homenaje al fallecidx o silenciar el tema.

Queremos que cada escuela responda activamente a la pérdida desde una perspectiva institucional, dejando de lado las creencias individuales de docentxs y directivxs.

Lxs docentes se entusiasman, nos piden bibliografía, nos muestras las herramientas que van generando. Incluso nos llaman meses después de una intervención y nos cuentan su experiencia. Una idea va tomando forma: la muerte puede ser una oportunidad educativa. Al plantear esto suele generarse incomodidad, hasta que alguien inevitablemente dice: “la verdad que para tener una oportunidad así, preferiría no tener ninguna”. Nos reímos, pero en el fondo nos vamos convenciendo de que la muerte puede/tiene que ser incluida como tema educativo.

¿Cuál fue la experiencia con lxs chicxs?

Diseñamos un taller: “Me muero de lo vivx que estoy”, pensado para alumnxs de los últimos años del secundario. Lo dimos varias veces y la respuesta fue alucinante. A través de distintas herramientas pedagógicas exploramos el tema de la muerte y el duelo. La experiencia destruye cualquier mito existente sobre la idea de que a lxs adolescentes no les interesa hablar de estas cosas. No solo los convoca, les provoca pasión y curiosidad. Durante los encuentros los invitamos a charlar con una mujer atravesando una enfermedad grave y a conocer a una mamá que perdió a su hijo para escuchar en primera persona qué es el duelo. En el último encuentro les preguntamos qué les pareció la experiencia: lo que más les gustó es que hablar de estos temas les ayudó a conocerse más, a fortalecer sus vínculos. La muerte como posibilidad de conocer a quien tengo al lado. Lo que vamos aprendiendo es que “el tema de la muerte” depende del tamaño que cada uno le dé. A veces lxs adultos tenemos una visión “limitada” del tema, y creemos que hablar de la muerte, y más con niñxs o adolescentes, se reduce a preguntar: “¿qué pensás de la muerte?”.

Hablar de la muerte puede ser proponer un libro o una película que dispare el tema, enfocar cualquier clase de historia, de geografía o política del 2 de abril con esa perspectiva o investigar cuáles son los países del mundo con menor expectativa de vida. En estos tiempos, hablar de la muerte es aprovechar el fenómeno Covid-19 para pensar, decir, nombrar que la gente se muere (y a veces, en soledad).

¿Cuál es el plan a futuro?

Actualmente el Proyecto Duelo en Escuelas tiene dos ejes principales de trabajo. El primero tiene que ver con ampliar la red de profesionales capaces de brindar acompañamiento a escuelas en situación de duelo. Si bien siempre vamos a querer un contacto cercano con el otrx, esta pandemia nos enseñó que una manera para que el proyecto crezca y llegue a otros lugares es aprovechar al máximo la oportunidad de lo virtual. El segundo eje tiene que ver con las acciones dirigidas a formalizar y sistematizar prácticas: que el tema del duelo y la muerte puedan ser pensados de forma “orgánica” desde los escritorios desde donde se definen los ejes curriculares y las políticas educativas. Comenzamos a tener acercamientos con el Ministerio de Educación, acercando propuestas de capacitación a nivel provincial y conformación de dispositivos para atender el tema. El proyecto nació en el marco de una ONG, para crecer y llegar a más escuelas necesitamos que sea pensado en un marco de una planificación educativa más global.

Nuestra propuesta es que el educar para la muerte (“pedagogía de la muerte”) sea pensado en clave de derecho. Queremos recorrer un camino similar al de la ESI, que también tuvo sus tabúes y resistencias.

Sin bien falta, hoy en día en las escuelas se puede hablar de sexualidad con más naturalidad que antes. Muerte y duelo siguen ocultos. Aparecen cuando alguien muere o enferma gravemente. Trabajamos para que la muerte y el duelo sean abordados como contenidos educativos, con sus saberes y sus prácticas, algo de lo cual se pueda hablar, reflexionar, planificar, e incluso, por qué no, enseñar y aprender. Soñamos con que la escuela, como institución clave en el entramado comunitario, sea un espacio donde se pueda transitar el dolor, esa experiencia humana que nos vuelve humanos.

Sobre la Fundación Ideas Paliativas en Acción (IPA)

https://fundacionipa.org/proyectos/duelo-en-escuelas/

Rafael Wainer y Darío Iván Radosta

Miembros de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida, CONICET https://www.conicet.gov.ar/red-cuidados/