Saltar el muro antes del Muro. Radio Moscú entre la Segunda República y la Guerra Civil Española (1936)

Laila Pecheny

En 1961 la República Democrática Alemana construyó el Muro de Berlín para separar al bloque del Este de occidente. Sin embargo, antes de la Segunda Guerra Mundial, hubo un muro invertido donde el rechazo de las potencias capitalistas y el cerco impuesto por gobiernos de ultraderecha, habían provocado el aislamiento político y económico del Estado Soviético. 

Quienes “saltaban el Muro de Berlín” lo hacían escapando del bloque oriental. Sin embargo, en este trabajo me interesa indagar cómo la Unión Soviética buscó “saltar el muro” para evitar el asedio de las derechas y el capitalismo, antes de la creación misma del Muro. Para ello, me concentro en uno de los antecedentes de intercambios entre el bloque occidental y el bloque oriental anteriores a la creación del Muro de Berlín: el servicio en español al exterior de la emisora estatal Radio Moscú en los años ‘30 como una de las políticas internacionales de la Unión Soviética (URSS) destinadas a quebrantar esta segregación. 

Aunque la emisora de Moscú en España fue producto de definiciones políticas del Estado soviético con objetivos políticos destinados a ejercer influencias en la sociedad española, creo que el mismo fue un proceso dinámico con características diferenciables. En sus inicios la estación de Moscú se había caracterizado por una marcada línea cultural, sin embargo a partir de julio de 1936 hubo un cambio en el cual se produjo un proceso de profundización de la politización de las emisiones.

Un salto desde una radio cultural hacia una profundización de la politización de las emisiones 

Radio Moscú fue la principal emisora estatal de onda corta de la URSS destinada a transmitir informaciones internacionalmente en diferentes idiomas. Había comenzado sus emisiones en 1929 en alemán, francés e inglés y para 1932 empezó a emitir diariamente en castellano.

Después de años de búsqueda de legitimación, para 1936 Radio Moscú había logrado emerger en la Segunda República Española como una emisora de un marcado carácter cultural poniendo de relieve que los medios son espacios para experiencias cultural e históricamente específicas (Gitelman, 2008). Prevalecían los conciertos musicales, jornadas literarias y resúmenes deportivos. A su vez, había programas donde se comentaban las formas vida en la URSS, los modos de organización del nuevo Estado y la historia de Rusia. Estas emisiones se dirigían a la masa proletaria española a quienes se trataba de interpelar a partir del idioma español y catalán, la participación de obreros españoles como invitados en los programas y la producción de programas dedicados a trabajadores de distintos rubros. 

Romper el cerco y promover una imagen favorable del Estado soviético implicó el diseño de políticas comunicacionales específicas para ello. Lo que he denominado “operación entrada” (1932-1936) fueron todas aquellas acciones destinadas a construir una audiencia y posicionarse dentro del campo mediático español.

Radio Moscú pudo intervenir especialmente en la construcción de orientaciones y significados sociales en una experiencia cambiante inherente a la construcción del nuevo orden republicano.

Las movilizaciones espontáneas, la toma de los lugares de trabajo, las huelgas revolucionarias y las intentonas golpistas, habían modificado las formas de experimentar la cotidianeidad. Si la cultura es “siempre tradicional y creativa a la vez” (Williams, 1958) puede pensarse que los cambios sociales atravesados abrieron camino a la naturaleza más creativa de la cultura. De este modo, en la cultura había aparecido una apertura que le daba a Radio Moscú la oportunidad de inmiscuirse en los modos de pensar y transitar los sentidos.

Con el estallido la Guerra Civil en 1936, la lucha por el control de las informaciones y de las emisoras jugó un papel importante de la contienda. Esta transformación coyuntural le permitió a la emisora soviética dar un salto desde la posición conquistada en el periodo anterior hacia una profundización de la politización de las emisiones que daba lugar a otro tipo de intervenciones.

En el campo internacional, este salto le permitió a la emisora de Moscú ejercer fracturas al aislamiento y jugar un rol activo en las discusiones en torno al Pacto de No Intervención. A partir de estas emisiones se buscó conciliar con los países occidentales pero también imponer límites. Los programas destinados a denunciar la ayuda brindada por los regímenes fascistas al sector sublevado y los dedicados a defender a la URSS frente a quienes la acusaban de traficar armamentos para la República, fueron parte de la negociación.

La emisora soviética realizó emisiones contra el fascismo y la sublevación destinadas a debilitar al enemigo. Sin embargo, esta ofensiva al interior de España se realizó también al interior del bando republicano contra la vanguardia de Cataluña a la que se acusó de favorecer al enemigo.

Desde una posición defensiva combatió las informaciones que la colocaban como un instrumento soviético con fines revolucionarios y desmintió las informaciones que afirmaban que la URSS estaba interviniendo en el conflicto interno de España.

No obstante, las formas de actuación de Radio Moscú en su proceso de profundización de la politización de sus emisiones no se constituyeron únicamente desde la defensiva y la ofensiva. Al igual que en la “operación entrada” hubo actuaciones destinadas a construir nuevos significados. La apertura que se produjo en el éter, permitió la circulación de otros tipos de discursos y generó el terreno propicio para la consagración de la emisora soviética en el campo mediático de la península ibérica. Así se pudo edificar un discurso sólido de reivindicación pro-soviética, según el cual la URSS habría acudido desinteresadamente en defensa de la República.

Saltar el muro antes del Muro

La onda corta le había permitido al Estado soviético empezar a dialogar con las masas obreras de otros países sin depender de la sección comunista local. Sin embargo, con el inicio de la Guerra Civil, España se convirtió en el centro de atención internacional. A partir de esto, hubo reacomodamientos en las políticas internacionales de la URSS que se expresaron también al interior de la emisora. El nuevo contexto donde las propias emisoras locales estaban transformándose habilitó la posibilidad de generar también cambios en la relación entre la audiencia española y Radio Moscú, promoviendo una nueva función social de la emisora. Estas transformaciones dotaron a Radio Moscú de un mayor margen de acción que le permitió plantear estrategias y generar ofensivas, pasando a segundo plano la función de entretenimiento. Sin embargo este cambio en los modos de intervención y los sentidos promovidos por Radio Moscú solo fue posible gracias a los esfuerzos realizados durante la “operación entrada”. 

Como dije anteriormente, la emergencia de la radio de Moscú en España había respondido a una definición política del Estado Soviético destinada a realizar algún tipo de intervención. Pero con la profundización de la politización de las emisiones, ya no se trataba solamente de construir una legitimación para participar de lo público ni de transmitir una imagen favorable del proyecto de sociedad soviético, sino de intervenir en las decisiones políticas de un país en guerra civil con objetivos inmediatos. 

La nueva circunstancia le ofrecía a la URSS potencialidades para quebrar el aislamiento, pero también la amenaza del avance del fascismo internacional. Si en un primer momento la emisora había servido para la difusión propagandística de las ideas del comunismo y del Estado soviético, la profundización de la politización de las emisiones estuvo ligada a la utilización de Radio Moscú para la agitación política viva de las masas. 

El caso de Radio Moscú en España aparece como un precedente destinado a saltar muros ya que la emisora continuó funcionando incluso después de la instauración de la gran pared.

Así, tal como hemos visto, el cerco que dividió oriente y occidente no nació con la creación del Muro de Berlín. Los antecedentes de intercambios destinados a tender relaciones entre ellos dan cuenta de que esta separación se inició mucho antes, adoptando diversas reconfiguraciones a lo largo de la historia. 

Hoy, a 30 años de la caída del Muro de Berlín y a 90 años del inicio de las emisiones soviéticas destinadas al extranjero, creo necesario continuar estudiando esta experiencia para aportar algunas luces en la historia de la comunicación política internacional del primer gobierno socialista en el mundo.

Bibliografía de referencia

Gitelman, L. (2008). Always already new: Media, history, and the data of culture. Londres: MIT Press.

Lenin, V.I. (1902). “Plan de un periódico político destinado a toda Rusia”, en ¿Qué hacer? Buenos Aires.: Polémica, 1974. 

Williams, R. (1958). La cultura es algo ordinario. Historia y cultura común. Madrid: Los Libros de la Catarata, 2008.

Williams, R. (1977) Marxismo y Literatura. Buenos Aires: Las Cuarenta, 2009.

Laila Pecheny 

Estudiante de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, UBA.

Imágenes: Javier Cuberos Xubero (@javierxubero), licenciado en Sociología (UBA) y artista visual.