La migración de venezolanos

Roberto Aruj

La crisis política, económica y social en Venezuela se ha precipitado de tal manera que ha llevado al país a una ruina no reversible por largo tiempo. La sociedad venezolana está conviviendo con un alto nivel de violencia, una escasez de recursos para el consumo básico y una serie de conflictos políticos que generan un enfrentamiento entre diferentes sectores. Esto ha producido una situación de emergencia social, económica y política que, junto con la falta de diálogo entre los distintos grupos, han llevado al país a una catástrofe de gran envergadura.

Ante la incertidumbre, y la falta de respuestas frente a la profundización de los conflictos no resueltos, un porcentaje importante de la población económicamente activa y sus familias comenzaron a emigrar a diferentes regiones, de acuerdo con su poder adquisitivo (ahorros) y su capacidad para incorporarse a una sociedad nueva que los recepcione.

Entre los países donde se han trasladado, encontramos que por vía terrestre se ha producido un desplazamiento muy importante hacia Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Panamá. Por vía aérea muchos venezolanos han viajado a los Estados Unidos, México, Canadá, Europa, Chile y la Argentina.

Algunas referencias históricas para comprender el fenómeno

Entre 1970 y 1980 se produce un boom petrolero en Venezuela. No hay participación política porque no le interesa a la gente: se han naturalizado la desigualdad y la pobreza crítica después de décadas de exclusión. A tal punto que para esa época, según una encuesta de la Universidad Católica (1989), el 87% de la población venezolana está en dicha situación.

En 1989 se produce una movilización popular, la primera de gran envergadura en muchos años, conocida como el “Caracazo”, la cual se inicia ante una serie de medidas de ajuste por parte del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez hacia la sociedad. El detonante es el aumento de los combustibles. Este conflicto denota el comienzo de un proceso de pérdida de vigencia del “mito hegemónico”, construido a partir del Pacto de Punto Fijo (lugar donde se firma en 1958 un acuerdo de convivencia democrática entre los partidos políticos más importantes de Venezuela –AD, COPEI y URD– excluyendo al Partido Comunista).

Después del Caracazo, se inicia un período de inestabilidad política y un grupo de militares conforma el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, liderado por Hugo Chávez. En 1992, intenta dar un golpe de Estado, que fracasa, y Chávez es encarcelado. En 1993, Rafael Caldera, quien había renunciado al partido socialcristiano COPEI y fundado la plataforma Convergencia en 1988, gana las elecciones y reafirma la posición de que “con hambre no hay democracia” y que por lo tanto los militares tenían razón al intentar derrocar a Carlos Andrés Pérez. Al asumir, libera a Chávez, quien a partir de ese momento pasa a ser una figura muy popular. Con la consigna de que hay que renovar la Constitución, Chávez se convierte en un nuevo líder para las grandes mayorías excluidas llenando el vacío producido por los políticos que se aliaron desde Punto Fijo. Funda el partido político Movimiento Quinta República y es elegido presidente de Venezuela en las elecciones de 1998, reforma la Constitución y propone un programa de gobierno que se llama “Darle poder a los pobres”.

El aumento sostenido del petróleo es el factor que le permite a este nuevo gobierno desarrollar políticas dirigidas a cumplir el objetivo de sacar a la gran mayoría de la población de su situación de pobreza, aumentando los niveles educativos, de salud, vivienda y consumo.

Al mismo tiempo los sectores económicamente poderosos tradicionales del país son desplazados del control de las fuentes de recursos más importantes, como por ejemplo Petróleo de Venezuela, y comienzan a gestar una campaña antigubernamental que alcanza su pico en 2002, cuando Chávez se enfrenta a un fallido golpe de Estado en su contra, al que le sigue un paro empresarial que paraliza toda la economía venezolana y que se prolonga hasta 2003. 

En ese escenario, Chávez empieza a radicalizar su posición y promueve algunas reformas para consolidar su poder. En el referéndum presidencial de 2004 es ratificado en su cargo y elegido de nuevo en las elecciones de 2006, donde obtiene más del 60% de los votos.

Pese al ingreso económico producido por el petróleo, no se desarrollan políticas económicas tendientes a diversificar e incrementar la capacidad de la industria nacional. En ningún momento se pone en marcha un proceso de sustitución de las importaciones, fracasando además la reforma agrícola y del sistema cooperativo, con lo cual no solo se ratifica el modelo extractivo sino que además se pasa a más de un 90% de dependencia de dicho modelo.

Cuando el precio del petróleo comienza a declinar, al no estar preparada Venezuela para tal situación, se expande el conflicto que ya existía con algunos sectores que apoyaban a la oposición hacia otros grupos sociales.

Es importante destacar que en el período de gobierno chavista se ha roto el conformismo con la pobreza, se ha desnaturalizado esa situación, y ya la población venezolana en su gran mayoría quiere una mejor calidad de vida. 

Uno de los factores determinantes para llegar a esta situación es el Programa Educativo que tanto a nivel primario, secundario y universitario incluye a un sector muy importante de la población, quienes acceden a un nivel educativo que los proyectaría a tener un mayor nivel de vida.

En 2013 Chávez muere dejando un gran vacío político dentro de sus filas, lo cual agudiza la situación de corrupción que se venía gestando al interior de su gobierno. Nicolás Maduro asume un gobierno que intenta continuar con el llamado modelo socialista del siglo XXI, pero una serie de conflictos sumados a la dependencia económica del petróleo en caída libre, y la falta de capacidad para poder importar los insumos fundamentales, sobre todo aquellos vinculados al consumo y la salud, generan un progresivo conflicto social, político y económico, fundamental para entender la crisis que se desataría en este país caribeño, incrementándose la pobreza, la inflación y la escasez de alimentos básicos para la subsistencia.

Una de las paradojas del modelo que se consolida, fundamentalmente a partir de la asunción de Maduro como presidente, es que miles de jóvenes acceden a estudios universitarios y se gradúan, pero no tienen acceso a una salida laboral que les permita mejorar sus condiciones de vida.

Junto con esta situación, otro factor determinante es la toma de conciencia de que se puede vivir mejor, lo cual empuja a la población a reclamar cambios en las políticas de gobierno.

El deterioro, en aumento, lleva progresivamente a enfrentar al gobierno con una población cada vez más carenciada y demandante. Se acentúa el circuito de corrupción a través del “bachaqueo”, que consiste en el suministro de alimentos básicos a la población no directamente, sino a través de una cadena de intermediarios que hacen llegar los productos a precios mucho más altos de lo que corresponde, y en algunos casos hasta multiplicados por diez (pollo, huevos, etcétera) demostrando al mismo tiempo la incapacidad de la industria nacional para la distribución de alimentos.

Junto con esto, es importante destacar el boicot que generan los empresarios opositores acumulando mercancías destinadas al consumo popular y enviándolas en muchos casos a diferentes países vecinos, con la presunta complicidad de algunos miembros del gobierno y de las fuerzas armadas, quienes se benefician con esta situación, además de controlar el arco minero venezolano.

Una aproximación a las causas de la migración venezolana

La profundidad de la crisis económica y política se suma a un problema endémico: la violencia social cotidiana y la agudización de la criminalidad, incentivada por algunos sectores políticos. Esto genera una gran angustia en la población, actuando como un factor importante a la hora de pensar en alternativas para salir de esta situación. La migración aparece como una alternativa frente a este deterioro de las condiciones de vida. 

La inseguridad y la violencia que se vienen produciendo desde hace muchos años atrás, incluso desde antes de la llegada del chavismo al gobierno, se ha incrementado de tal manera que se hace imposible tener una vida con cierta tranquilidad, lo cual produce un alto grado de incertidumbre en la población en general sobre el futuro de la sociedad venezolana.

La indagación y el análisis que se han realizado sobre este fenómeno permiten afirmar que la decisión migratoria, en última instancia, es una consecuencia de un complejo proceso. En el mismo, el imaginario sociocultural, constituido históricamente, se resquebraja en su proyecto de futuro ante la presencia de una realidad y un discurso hegemónico que quiebran las expectativas de realización personal y de seguridad, no solo económica, sino también política y social. Para evitar el derrumbe personal se opta por tratar de escapar a esa situación angustiante, como un callejón sin salida. Entonces, la emigración se presenta como la posibilidad de mantenerse aparentemente entero, con la idea de que el nuevo país permitirá encontrarse con aquellas cosas que faltan en el país de origen. 

En el caso de los venezolanos, podríamos afirmar que la decisión migratoria, entonces, estaría fundada en una compleja combinación de factores internos y externos.

Entre los externos más significativos destacamos:

•    Falta de alternativas para los logros ocupacionales.

•    Incertidumbre social sobre el futuro económico.

•    Inseguridad general frente al crecimiento de la violencia.

•    Necesidades básicas insatisfechas.

Entre los factores internos destacamos:

•    Frustración en las expectativas de vida.

•    Frustración en la realización personal.

•    Convicción de la imposibilidad de la realización ético-valorativa en la sociedad de origen.

El ser humano está objetivamente orientado hacia la búsqueda de metas y objetivos para la satisfacción de sus necesidades, tanto biológicas como cognitivas, pero en los países expulsores las condiciones para lograr esos objetivos están coartadas por la situación de crisis permanente y violencia perpetua.

A partir de este planteo general, surgen los siguientes supuestos:

  • La inseguridad laboral determina las causas de la frustración en la realización económica y conduce a crear expectativas de encontrar una mejor situación de vida en el exterior de la propia comunidad de origen.
  • La inseguridad que produce el aumento progresivo de la violencia social, genera conflictos ético-valorativos, provocando tendencias a abandonar la comunidad o el país de origen, según el caso.
  • La falta de acceso a oportunidades, vinculadas a la realización personal, lleva a la frustración sociocultural, generando un descontento con la situación de la comunidad o país de residencia.
  • La reunificación familiar es un motivo que impulsa a un conjunto de personas a migrar a la región en donde se encuentra su familia, luego de que esta logra adaptarse y/o integrarse a la sociedad de recepción.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para el 2015 habían salido de Venezuela 606.281 personas, mientras que el Banco Mundial sitúa esta cifra en 655.400 a través de su iniciativa KNOMAD.

Hasta septiembre de 2017, se estimaba desde diferentes medios que habían salido de ese país más de 900 mil venezolanos, lo cual implicaba que se ha más que duplicado la población que vivía en el exterior hasta el año 2014. 

Según las agencias de la ONU para los refugiados (ACNUR) y los migrantes (OIM), la cifra de venezolanos que han abandonado su país alcanza los 3,4 millones (datos de febrero de 2019). La población de Venezuela es de aproximadamente 32 millones de habitantes, lo cual implica que actualmente alrededor de un 11% de la población vive en el exterior.

Notas bibliográficas

Aruj, R. (1998). “El resquebrajamiento de las representaciones imaginarias socioculturales en los procesos migratorios”. En Revista Papeles de Población, Nº 17, Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población. México: UNAM.

Aruj, R. (2004). Por qué se van. Exclusión, frustración y migraciones. Buenos Aires: Prometeo.

Aruj, R. (2008). “Causas, consecuencias, efectos e impacto de las migraciones en Latinoamérica”. En Revista Papeles de Población, Nº 55. México: UNAM.

Aruj, R. (2015). Migraciones, disciplinamiento y control global. Del sujeto colectivo a la masificación. Buenos Aires: Editorial EDUNTREF. 

Calello, H. y Neuhaus, S. (comp.) (2010). El fantasma socialista y los mitos hegemónicos. Gramsci y Benjamin en América Latina. Buenos Aires: Herramienta Ediciones.

Guerrero, M. (2009). Venezuela 10 años después, dilemas de la Revolución Bolivariana. Buenos Aires: Herramienta Ediciones.

Mármora, L. (2004). Las políticas de migraciones internacionales. Buenos Aires: Paidós.

Roberto Aruj

Licenciado en Sociología, magíster en Ciencias Sociales y doctor en Ciencias Sociales (UBA). Profesor e investigador en la UBA, UNTREF y OIM. Publicó varios libros y artículos en revistas especializadas. Entre ellos: Migraciones, disciplinamiento y control global; Por qué se van. Exclusión, frustración y migraciones; y La migración de venezolanos en la Argentina.