“Pasen, maestras, las estábamos esperando”

“El feminismo es mundial: fútbol, nación y mujeres” fue una actividad organizada por la Subsecretaría de Políticas de Género de la Facultad de Ciencias Sociales en el marco del Mundial de Fútbol de varones, que tuvo lugar en Rusia entre junio y julio de 2018. En esta ocasión, mujeres de distintos clubes y organizaciones populares se refirieron a las dificultades que enfrentan a diario para ejercer en plenitud sus roles como hinchas, militantes, entrenadoras y jugadoras. En mi caso, mencioné la centralidad que tienen los medios de comunicación tradicionales en la promoción de las atletas, ya que la visibilidad de sus actuaciones impacta directamente en la posibilidad de conseguir apoyo material por parte de promotores y sponsors. La reflexión inicial apuntó a señalar que la escasez de notas periodísticas sobre las deportistas dificulta, también, la tarea de las/os investigadoras/es que tienen como meta indagar sobre sus performances en otros momentos de la historia del deporte argentino.

La carencia de voces y de cuerpos femeninos en los relatos nacionales –actuales y de larga data– evidencia una situación: se han construido sólo desde el punto de vista de los varones.

Pablo Alabarces se refiere a ello a partir de un caso contemporáneo. El investigador sostiene que la única razón para que un equipo femenino tan exitoso como Las Leonas no sea objeto y soporte de la narrativa nacional es el género. Por otra parte, Magalí Robles obtuvo una serie de datos interesantes en su análisis sobre las tapas de El Gráfico entre 1919 y 2018. La periodista identificó que durante los primeros cincuenta años sólo el 6% de las primeras planas estuvieron dedicadas a las atletas; asimismo, afirmó que desde 1964 y hasta 1982 no hubo una sola mujer en tapa; y que luego de 18 años, la reaparición de la presencia femenina se dio en una tapa compartida con varones, todos campeones de 1983. Robles subraya el hecho de que las deportistas tuvieron que ser campeonas para figurar en las portadas, un criterio que no se aplicó en el caso de los varones.

Galia Moldavsky –integrante del proyecto de investigación UBACyT “Deporte, cuerpo y género¨, radicado en el Instituto de Investigaciones Gino Germani–, identificó en el diario La Nación 46 notas dedicadas al fútbol practicado por mujeres durante el año 2018. Si bien el número supera al del año anterior, las 9428 notas sobre el fútbol masculino aún revelan la desigualdad de la cobertura en relación con los géneros.

En abril de 2018, el seleccionado de fútbol femenino participó de la Copa América en Chile. La primera nota sobre el equipo llegó después del cuarto partido del torneo, cuando las jugadoras pasaron a la segunda fase. Allí no se mencionó el desempeño del equipo sino el conflicto que las deportistas habían entablado con los dirigentes de la AFA debido a las pésimas condiciones en las que desarrollaban sus entrenamientos. Las jugadoras sintetizaron y visibilizaron las inequidades que vivían a diario en una memorable foto donde todas tomaban su oreja derecha quedando a la espera de la respuesta de los dirigentes después de los buenos resultados deportivos. Las crónicas en los medios también hacían referencia a un tweet de la arquera de la selección, en el que criticaba a la AFA por contratar modelos publicitarias para presentar la camiseta oficial del equipo. En este contexto, las jugadoras lograron un inesperado tercer puesto, que les dio la oportunidad de jugar el repechaje contra el seleccionado de Panamá y clasificar al mundial. El partido repechaje se jugó el 8 de noviembre de 2018 en el estadio de Arsenal con tribunas repletas. Otro momento clave de la lucha de las mujeres en el fútbol fue la denuncia de Macarena Sánchez tras su desafección del equipo de la UAI Urquiza el 5 de enero de 2019, en pleno receso del torneo. “Maca” intimó a la UAI para que reconozca su condición como trabajadora de la institución. Tras este hecho, y más allá de las razones de los dirigentes, el 16 de marzo de 2019, la AFA anunció la profesionalización del fútbol femenino.

Hoy, durante el Mundial de Fútbol en Francia, los diarios se hacen eco de la actuación de la selección y podemos encontrar datos sobre las futbolistas, la formación táctica del equipo, los horarios de los partidos, así como imágenes de las jugadoras entrenando, jugando y exponiendo sus cuerpos en movimiento.

Incluso el diario Olé, que tiene un perfil sensacionalista y machista, ha hecho gala de adaptación a este tiempo y usó por primera vez en su historia la imagen de una jugadora de fútbol en la portada del martes 11 de junio, un día después del primer punto obtenido por la selección mayor en un mundial. Estefanía Banini, la 10 del seleccionado, aparece allí abrazada con una compañera después del valioso empate logrado frente a la poderosa selección de Japón. Y en este punto una cuestión aparece como problemática: ¿cómo echar por tierra un estilo que ha caracterizado al diario? La visibilización de la selección se contrapone con una breve nota en su versión online, que posteriormente el diario eliminó, sobre dos selecciones europeas. La nota titulada “A ver quién es más rubia” refuerza un gesto que ha singularizado al diario: la sexualización de las mujeres, es decir, la desproporcionada importancia a la apariencia física en relación con el desempeño deportivo.

Un estudio anterior sobre el diario advierte la ausencia de crónicas sobre el campeonato oficial de fútbol femenino de la AFA que se disputa desde 1991. Esta carencia es llamativa si consideramos que la estructura del diario responde a una cobertura centralmente futbolística en sus distintas variantes: fútbol de la primera división, de ascenso e internacional. La subrepresentación de las deportistas, pero también de las periodistas, árbitras y entrenadoras frente a la saturación de información de sus pares varones expone una línea editorial que refuerza un estereotipo: la desjerarquización y subordinación de las mujeres en los roles pensados como “naturales” para un tipo de identidad masculina.

La lucha de las deportistas para lograr la igualdad de oportunidades y el ejercicio pleno de sus derechos ha cobrado impulso en los últimos años debido a la articulación con los feminismos y el movimiento de mujeres.

El ámbito del fútbol femenino no ha permanecido ajeno a este cambio cultural del que se han hecho eco diversos y múltiples sectores. Queda claro que el deporte, como cualquier otra instancia cultural, encarna el conflicto. Esto es: el deporte es un espacio de disputa por sus sentidos legítimos. ¿Quiénes han contado la historia del fútbol en la Argentina hasta el momento? ¿Quiénes han tenido la palabra y la posición autorizadas para articular ese relato oficial? ¿Quiénes se perfilan ahora para contar y protagonizar las narrativas de la patria deportiva? Mientras miraba la cobertura periodística del partido contra Inglaterra, escuché el relato construido sobre la arquera Vanina Correa, que fue elegida la mejor jugadora de la cancha. La crónica exaltó un tópico clásico de la narrativa del deporte nacional: la superación de la adversidad (económica, deportiva, a la que se sumó la maternidad) por medio del sacrificio para concretar un sueño: ser heroína en un mundial. Las jugadoras han logrado correr los límites del poder.

Y, para finalizar, parafraseando a Maradona en su recepción a Bochini en la semifinal del 86: “Pasen, maestras, las estábamos esperando”.

Créditos foto de portada: página oficial de la AFA
https://www.afa.com.ar

Verónica Moreira

Licenciada en Ciencias Antropológicas, magíster en Antropología Social y doctora en Ciencias Sociales (UBA). Investigadora del CONICET. Se especializó en el área de estudios sociales del deporte. Docente del Seminario de Cultura Popular y Cultura Masiva en la Carrera de Ciencias de la Comunicación (FSOC-UBA). Dirige e integra proyectos de investigación sobre temas de deporte, política, cultura popular y cultura de masas. Coautora junto con Rodrigo Daskal de Clubes argentinos. Debates sobre un modelo (Buenos Aires, UNSAM: 2017).